Prepara tu agenda
“Si no me ocupo yo de mí mismo, ¿Quién se ocupará de mí? Y si tan solo pienso en mi ¿Qué valgo? Y si no lo hago ahora ¿Cuándo?”
Pirké Avot capítulo 1: Mishná 14
Mucha gente piensa que las
personas que agendan actividades, reuniones o asuntos importantes solo es algo que hacen
grandes inversionistas, empresarios o ejecutivos. Pero en este artículo
pretendo motivar a que todos y cada uno de nosotros como seres humanos
adoptemos el hábito de planear, agendar cosas incluso que no tengan que ver con
trabajo si no más un metas personales, metas de corrección personal.
En cierta ocasión le pregunte a
mi rabino en Jerusalén, sobre agendar actividades puesto que veía que mi tiempo
no alcanzaba, me dio una gran idea me dijo que así como Hashem mismo iba
creando el mundo primero la noche y luego el día, me aconsejaba que preparara
mi agenda de actividades en la noche respecto al día, puesto que la noche fue primero.
Me pareció una excelente idea.
Empecé a agendar mis compromisos
de trabajo o proyectos de trabajo puesto que soy independiente. Pero me di
cuenta que además de eso tenía cosas familiares que hacer, con mi esposa, o con
mi hija en temas de enseñarles Torá, pues el hombre no solo debe ser proveedor
de sustento si no del sustento más importante y es el sustento para nuestra
alma, además de otros compromisos que uno adquiera al formar una familia. Por tanto
también empecé a agendar cosas que no eran de trabajo. La idea no era agobiarme
llevando una vida de manera cuadriculada sin dejar espacio a la libertad misma
de los acontecimientos fortuitos y gratificantes de la vida misma, al final de
cuentas hay que entender que no se puede controlar todo, pues el único que
controla todo y más aún las cosas que no entendemos es Hakadosh Baruj Hu, sin
embargo Él mismo creó un mundo para que actuáramos en el, por tanto debe
existir un sano equilibrio entre lo que podemos y no podemos planear junto con
aquello que no está en nuestras manos y se presenta para que sepamos actuar.
Teniendo en cuenta esto, empecé a
darme cuenta que hay cosas que están mis manos y debo realizar y cumplir y
esforzarme, no solo con mi prójimo si no conmigo mismo. Pues más allá de los
compromisos laborales para que las cosas resulten bien en una relación de
pareja o en una relación de padre a hijo uno debe estar bien consigo mismo y
procurar mejorar y avanzar cada día. Es decir es de vital importancia que la
persona dedique tiempo para analizarse a sí mismo, lo que hace recordar las
palabras de la mishná “Si no me ocupo yo de mí mismo ¿Quién se ocupara de mí?”
sin embargo la preocupación absoluta por uno mismo puede traer problemas como
la incapacidad de ver los problemas que están más allá de nuestro consciente, y
por otro lado conducirnos a la egolatría, por eso Hashem hizo una gran bondad
con cada uno de nosotros y es crearnos como un ser social, que no debe vivir
solo si no en una sociedad en la cual los mandamientos de amor al prójimo puedan
ser llevados a cabo y aquel que solo se ocupa de sí mismo no impactará en una
sociedad es por eso que la mishná continua diciendo: “¿Y si solo estoy para mí
que valgo?” al mismo tiempo la vida en sociedad te ayudará a ver lo que tú
mismo no puedes ver de ti mismo y seguir mejorando.
Tan grande es el amor de Hashem
por los seres humanos que nos da otro regalo para seguir avanzando en la
capacidad de ver nuestros propios defectos y potenciar las cualidades, y ayudar
al prójimo, un regalo que muchos se niegan a aceptar o buscar precisamente por
su propio egoísmo. Un regalo que trasciende las fronteras de la sociedad en la
que se vive, o se trabaja y pasa ser una corrección a niveles más altos.
Este regalo se llama pareja,
esposo o esposa, es aquel ser humano que dejó de ser una simple parte de esa
sociedad externa, para ahora ser parte de nuestras vidas, convivir con
nosotros, crecer juntos en el trabajo de pareja de refinarse juntos. Es un
trabajo de dos, esto puede complicar las cosas porque no todo depende de uno,
si no del esfuerzo mutuo. Pero no será complicado si ambos tienen la conciencia
de que el matrimonio es más que una linda ceremonia, mucho más que unirse al
ser amado, sino también la construcción en conjunto de ambas almas y la de los
hijos.
Es la esposa o el esposo quien
puede ver más allá de lo que ven los demás externos a ese hogar, pero ver con
ojos bondadosos y de ayuda, al mismo tiempo que el otro puede ver cosas en uno
que uno mismo no podía ver, y allí entonces el trabajo diario se hace más
retador y solo aquel que se hace consiente de todo esto podrá agenda cosas,
metas personales e irlas corrigiendo y avanzar.
Mi consejo es por tanto, si
deseas, toma papel y lápiz y procura mejorar cada día, aprovecha la vida en sociedad
o la vida matrimonial para avanzar y ayudar a avanzar a otros, así sabrás de
que debes alejarte o porque te pasan ciertas cosas y tomar correctivos, nunca
te dejes de lado a ti mismo para agradar a otros y nunca te pongas por encima
de otros…se humilde, esto te ayudará a crecer de manera objetiva, pero sobre
todo nunca olvides que la sabiduría de la Torá, y de los sabios es la voluntad
de Hashem, sin la Torá será como transitar un camino a oscuras tropezando a
cada momento.
Saludos!
Rabino Asher Cacua