¡LLEGÓ EL SHABAT!
Enseñan nuestros sabios que el
shabat es como una pequeña parte del mundo venidero, así como un judío trabaja 6 días para descansar el día séptimo
cumpliendo todas las restricciones relacionadas con el trabajo de la semana, así
será cuando llegue el mundo venidero. Es decir, trabajamos en este mundo
transitorio de dificultades y esfuerzos para poder luego descansar de estas
preocupaciones propias de este mundo en el mundo que viene. De la misma forma
quien trabaja y consigue sustento puede disfrutar tranquilo de comida y pan
para su mesa en shabat, igualmente quien
trabaja en este mundo de dificultades en su mejoramiento personal y
cumplimiento de mitzvot, puede luego en el mundo por venir disfrutar de la
recompensa de sus actos, con la diferencia que no debemos cumplir la voluntad de
Di-s esperando recompensa sino solo y únicamente por amor a Él y porque es su
voluntad.
Shabat es para el judío un desprendimiento de las
actividades que nos envuelven en la semana y un gran momento para avanzar y
mirar el camino que se está siguiendo y hacia donde se quiere ir, es como
aquella persona que se pierde en un bosque y sube a un árbol más alto para
poder ver el horizonte y saber hacia dónde se dirige.
Si bien es cierto que está
prohibido que el Ben noaj tiene prohibido abstenerse de trabajo y de cualquier
actividad como lo hacemos los judíos, es loable que el ben noaj también examine
su sendero y mire que tanto ha avanzado en su camino y como va dirigiéndose hacia
el mundo venidero del cual también tienen parte si cumplen las 7 mitzvot que
Hashem dispuso, no solo un día si no ojala todos los días que Hashem nos
beneficia del milagro de estar vivos.
Por tanto al escribir estas palabras y teniendo en cuenta mi labor como
rabino que enseña a judíos y no judíos, me siento obligado a expresar en esta
corta reflexión un mensaje para mis hermanos judíos y amigos y alumnos justos
de las naciones.
Les deseo un bonito shabat y séptimo
día y que Hashem nos ayude a seguir iluminando el mundo, con la ayuda de Hashem
y con esfuerzo todo se puede.
¡Saludos!
Rabino Asher Cacua