ALMAS GEMELAS
Adam y Javá eran en si una sola
alma, aunque en “Cuerpos” diferentes, se puede decir que de aquí viene el
principio de alma gemela, un alma que fue creada solo y exclusivamente para
cada uno de nosotros, es realmente el complemento, por esto no significa que
sea igual, no significa que tenga los mismos gustos ni nada de eso.
No es una regla que el alma
gemela debe encontrarse don su pareja, puesto que eso depende de muchos
factores en los cuales el hombre ni siquiera puede especular puesto que al
final Hashem Sabe como Maneja su creación, para ilustrar esto de una manera más
sencilla voy a traer aquí una historia que el Rabino SHalom Arush Shelita,
cuenta en su libro el jardín de la Fe:
En
una piadosa comunidad, hubo un caso que conmocionó a toda la ciudad y despertó
muchas cavilaciones y preguntas sobre los caminos del Creador, tanto entre los
mayores como entre los pequeños.
Una joven señorita, hija de una de las
familias más importantes de la ciudad, se casó con un devoto comerciante, quien
era un gran benefactor y columna central de la comunidad. Los primeros años de
matrimonio fueron bendecidos con felicidad, abundancia e hijos. La esposa se
conducía con mucho recato y se ocupaba con diligencia de la crianza de los
niños, recitando los Salmos y ayudando a los pobres de la ciudad. El marido
viajaba por negocios por todo el país, al mismo tiempo que establecía horas
fijas de plegaria y estudio para su servicio al Creador. Sus muchos actos de
beneficencia se extendieron sobre varios pueblos, y miles de pobres gozaron de
los beneficios de su generosa mano.
Sorpresivamente,
una desgracia cayó sobre los habitantes de la ciudad. ¿Dónde? ¡Justamente en la
casa de la piadosa pareja! ¡En la casa
de donde salió sólo caridad y bondad! ¡Justamente a ellos les pasó una desgracia
estremecedora! Su hijo de tres años fue violentamente asesinado por un borracho
desconocido.
La
ciudad entera estaba conmocionada por el terrible caso. Miles de personas –
entre ellas importantes y famosos sabios y líderes espirituales – entraron y
salieron de la casa para consolar a los
dolientes padres. Muchos se hicieron preguntas, pocos las expresaron a viva
voz: ″¿Acaso ésta es la recompensa a esta piadosa pareja por todas sus buenas acciones? ¿Por
qué el Creador les hizo una cosa así? ¿Por qué en una forma tan violenta?″.
También un resentimiento sobre los caminos del Creador se infiltró en los
corazones de algunos ciudadanos, un rencor que debilitó y confundió su fe y los
alejó del servicio al Creador.
La
pareja reaccionó frente a este hecho con fe completa, resignación, aceptando el
Decreto Divino con amor, y siguiendo con su recto estilo de vida. Pero, no pasó
mucho tiempo y otra desgracia cayó sobre ellos. Un terrible rumor se expandió
por la ciudad: ¡el justo y modesto comerciante había caído muy enfermo y los
médicos estaban preocupados por su vida! Inmediatamente, en toda la ciudad, se
organizaron rezos públicos y lecturas de los Salmos para su bienestar.
El
joven comerciante era amado por todos, muchos se habían beneficiado con su
generosa mano, pero no sólo eso, él era uno de los principales de la comunidad,
responsable de muchas instituciones de caridad y beneficencia. Con toda razón
los rezos salieron del fondo del corazón y los lamentos partieron los Cielos.
Más y más gente seguía llegando para rezar,
cuando cundió la noticia que los médicos lo desesperaron y no le dieron más que
una semana de vida. El sabio de la ciudad, que era un gran justo y erudito
declaró: “¡Eso no sucederá jamás! ¡No le ocurrirá a este hombre piadoso ningún
mal!”.
Enorme
fue la desilusión de los ciudadanos y muy grande fue su dolor y pena, cuando
después de unos cuantos días falleció el joven comerciante, en el comienzo de
su vida; él, cuya vida fue dedicada a hacer el bien y a la benevolencia. Tenía
treinta y cinco años, y la joven viuda que perdió su respaldo, su fuente de
vivacidad y alegría, no sabía cómo calmar su profundo dolor.
Todos
sintieron la gran pérdida, y muchas preguntas llenaron sus corazones: ¿Por qué
fue llevado de este mundo un hombre tan bueno y justo?
¿Por
qué no ayudaron tantas plegarias que se rezaron a su favor? ¿Y cómo
pudo ser que el justo Sabio
de la ciudad decretó que vivirá, y a pesar de todo - falleció?
Pasaron unos
años. Un viernes
por la noche,
el hijo casado de la joven viuda, vino a saludarla con un “feliz fin de
semana”, la madre trató de sonreír, pero a su pesar, las lágrimas empezaron a
fluir de sus ojos.
“Madre”,
suplicó su hijo, “¡ya pasaron varios años!, ¡basta de lágrimas! Debe haber un
límite de tiempo para lamentarse. El que prolonga su pesar demasiado, es
poseído por él. Somos en verdad creyentes... ¿Qué sabemos nosotros de los
cálculos de Di-s Todopoderoso? ¡Ciertamente todo lo que el Creador hace – es
todo para bien! Por favor mamá, nos causas mucho dolor a todos nosotros y
también al alma de papá, que en paz descanse, ciertamente él quiere que sigas
con tu vida. He aquí, que ya hace unos cuantos meses que te proponen una
excelente persona para desposarte y todavía estás dudando. Querida madre,
¡debes fortalecerte en la fe, estar alegre con lo que tienes y continuar
adelante!”.
La
joven viuda respiró profundamente. ¡Basta! decidió en su corazón. ¡Suficiente
con el dolor! ¡Suficiente con la incredulidad! ¿Acaso soy más misericordiosa
que el Creador? ¡Todo lo que el Creador hace es para bien! ¡Desde ahora me
esforzaré en estar alegre! Así pensó la viuda en el fondo de su
corazón. Y verdaderamente, ese fin de semana estuvo mucho más alegre y
sonriente... Sus jóvenes hijos respiraron con alivio – por fin mamá sonríe con
verdadera alegría, sin lágrimas que resplandecen en los extremos de sus ojos.
Mamá vuelve a sí misma, nuevamente nos da fuerza y estímulo. Ellos estaban
necesitados de este cambio como
aire para respirar. Otro fin de semana de pena y de
tristeza los hubiera quebrado mental y espiritualmente.
Esa
noche, por primera vez en varios años, se acostó la joven viuda en su cama con
el corazón liviano y con alegría. Por primera vez en mucho tiempo, se durmió
con una sonrisa en los labios. La primera vez en muchas
noches que se
acostó con tranquilidad, sin dar vueltas en la cama, sin
pensar en su fallecido marido, en su sonrisa y en las buenas palabras que le solía
decir. Algo que le fue arrancado de su corazón, algo que le faltaba a su alma,
le volvió – ¡la fe!
Y
he aquí que sueña un sueño... Se ve parada en un hermoso jardín, iluminado con
una agradable luz. Aroma no de este mundo subió hasta su nariz, y entendió que estaba en el Paraíso. Entre los árboles
del jardín, distinguió la figura de un hombre anciano, con un noble rostro todo
iluminado. Él se acercó a ella, y le preguntó si quería encontrarse con su
fallecido marido. Ella aceptó con un movimiento de cabeza y él la guió hacia un
enorme salón, repleto de Justos, sentados y escuchando apasionadamente una
lección de un joven maestro. Al finalizar la clase el joven se aproximó a ella,
y he aquí – ¡era su marido!
“¡Mi querido marido!”, se lamentó con emoción,
“¿Por qué me dejaste sola en los mejores años de mi vida? ¿Cómo es que eres un
maestro, enseñando aquí en el Paraíso? Fuiste un simple comerciante, no un
maestro espiritual, ¿cómo llegaste a esto?”.
Su
marido sonrió y le dijo: “Debes saber que en mi preexistencia fui un gran
erudito y maestro espiritual, sólo que nunca contraje matrimonio. Cuando
ascendí a mi lugar en el Paraíso, objetaron que es imposible que permanezca
allí sin haber cumplido el primer Precepto – “Fructificaos y multiplicaos”
(Génesis 1:28). Por eso volví en una nueva encarnación para casarme y engendrar
hijos, criarlos en el camino de la fe y sustentarlos. Y así fue, descendí al
mundo para casarme contigo
y procrear hijos.
Cuando cumplí el Precepto, y cumplí con la corrección de mi
alma, no había ninguna razón para quedarme en el mundo inferior, y por eso
morí. Ahora, como ves, estoy gozando de la recompensa por mis buenas acciones y
mi servicio al Creador...”.
“Pero...
tantas plegarias rezamos por ti, y el sabio de la ciudad decretó que no
morirías, ¿por qué no sirvió?”, preguntó.
Le
contestó su marido: “Todas las plegarias que rezaron – fueron todas aceptadas.
Algunas me sirvieron para llegar al lugar donde estoy ahora; algunas
fueron usadas para ayudar a
nuestra comunidad y
salvarla de duros edictos. Pero
puesto que no tenía ningún otro rol que cumplir en el mundo, no había ninguna
posibilidad que me quedara, y por eso tampoco ayudó el decreto del sabio. Pero
tú, todavía tienes mucho más que hacer en el mundo – debes casarte por segunda
vez y engendrar más hijos, debes también atender a nuestros hijos – todavía no
terminaste tu misión. Tienes que esforzarte y continuar adelante para cumplir
tu rol y tu objetivo final”.
“¿Y nuestro hijo?... ¿Por qué murió nuestro
pequeño hijo?”, le preguntó.
Le
contestó: “Nuestro pequeño hijo fue el alma elevada de un piadoso Justo. En su
preexistencia fue raptado de su cuna y llevado a un lejano lugar donde mamó de
una malvada mujer. Luego fue rescatado de sus raptores, creció y se transformó
en un eminente Justo. Cuando murió, quisieron colocarlo en una alta posición en
el Paraíso, pero el tiempo que mamó de la malvada mujer manchó su pura alma.
Por consiguiente, lo descendieron nuevamente al mundo en una nueva encarnación,
para que mamara
de una mujer justa. Tú fuiste la elegida para este privilegio, por tu
modestia y rectitud”.
“Pero... ¿Por qué murió en una forma tan
espantosa?”, se lamentó, acordándose de la terrible visión de su hijo en las
manos del borracho.
Le
dijo su marido: “Nuestro querido hijo tenía que morir de cualquier manera en
vista que cumplió su misión en el mundo. Al mismo tiempo que debía partir del
mundo, se decretó un terrible Castigo Celestial sobre los habitantes de nuestra
ciudad, un castigo de matanza y persecución por los muchos delitos cometidos
por la gente.
Puesto
que de una manera u otra llegó su momento de salir del mundo, aceptó el alma de
nuestro hijo morirse en una forma peculiar, para expiar los pecados de toda la
gente de la ciudad, salvando así a muchos adultos y niños de extrañas
muertes y tormentos. Por supuesto que para una noble
alma como la suya era un gran privilegio, y también por eso ascendió a un tal
alto grado en el Paraíso, que ningún ser tiene permiso para verlo, salvo yo,
que soy su padre. También tú, cuando llegará el momento, tendrás el privilegio
de estar en su cercanía, por la aflicción que pasaste...”.
Después
agregó: “¡Debes saber! Sólo porque te esforzaste con alegría, me dejaron
revelarme a ti. ¡Durante el tiempo que estabas pesarosa, había sobre ti una
gran acusación y casi perdiste tu segundo hijo! Todos mis pedidos de revelarme,
no fueron aceptados”.
Se
calló unos segundos y después dijo con voz suave: “Yo cumplí la corrección de
mi alma, pero tú tienes mucho más que hacer en la vida. Ve, cásate con el
candidato que te fue propuesto, continúa tu vida con alegría. Lástima por
el tiempo precioso
que estás perdiendo,
continua con tu corrección, vete en paz… ve…”.
Su
marido desapareció de sus ojos, y ella despertó de su sueño...
El mundo le
pareció nuevo y hermoso. Ahora comprendió lo que debía hacer. Pero sobre
todo, entendió que todas las preguntas que ella y los ciudadanos se hacían
fueron superfluas y sin sentido. Porque el Creador es justo y recto – esa es la
única y absoluta verdad y no puede ser objetada.
Esta
historia fascinante y conmovedora que nos Trae aquí el Rab, tiene muchísimas enseñanzas
para la vida cotidiana, pero me enfocaré en algunos específicos que tiene que
ver con nuestro tema.
Primero:
Trata de un hombre que vino al mundo, fue un gran Justo pero no se casó y
tampoco tuvo hijos, por lo que le toco venir en una siguiente vida a cumplir
este mandamiento.
Segundo:
Cumplió su obligación y ya era injusto que siguiera aquí, por lo que murió, su
mujer se caso con otro por sugerencia del esposo en una visión de un sueño, por
lo tanto podríamos preguntar ¿cuál de los dos era el alma gemela de la mujer? Si
decimos que el primero, entonces diríamos que por qué quedo sola y le tocó con
alguien que no era su alma gemela, y si era el segundo entonces diríamos ¿por
que le toco casarse con el otro antes de conocer a su alma gemela? Cualquier respuesta
que demos en la mente es mera especulación pero si no es por el esposo fallecido no
se hubiese entendido jamás a nuestros ojos como Hashem había estado guiando
todo para el bien de todos. Pero lo que si podemos asegurar es que el tenia que
casarse y tener hijos y esta fue la mujer con la que tuvo el merito, a eso se
refiere el Midrash del artículo anterior, que Hashem Hace parejas de reparación,
y nosotros no conocemos los designios de Hashem, ¿entonces para que vivir una
vida pensando en buscar el alma gemela? Lo verdaderamente interesante es saber
escoger a la persona que le va a ayudar a acercarse a Dios y corregir lo que tiene que
corregir, por tanto debes saber escoger un buen compañero de viaje en esta
vida. Al final de cuentas ambos tienen la obligación de corregir sus defectos, y
utilizar las cosas que tienen buenas para poder alcanzar el objetivo.
Quiera
el cielo que cada persona pueda a través del estudio de la Torá internalizar
ese conocimiento, aprender a amarse a si mismo buscando la corrección y de esta
manera clarificar su visión al momento de escoger a su pareja y poder crecer
juntos como equipo.