Shabat Zajor: Shabat Anterior a la festividad de Purím
Por Asher Cacua
El Shabat anterior a Purím, es
llamado Shabat Parashat Zajor. En este Sabbat además de leer la lectura
semanal, se lee un segundo rollo de Torá como Maftir, el párrafo que se lee es
el que registra la ordenanza de recordar el artero ataque de Amalek (Deuteronomio
25:17-19), ancestro de Hamán. Curiosamente Hamán también intentó acabar con el
pueblo de Israel en la época de la Reina Ester y Mordejai por eso se llama
Shabat Zajor, ! Recuerda! recuerda cuando tus enemigos te hacen frente y actúa confiando
en HaShem.
También este shabat leemos como
haftará el relato de como el Rey Shaul derrotó a Amalek (I de Shemuel 15:2-34)
En base a lo anterior podríamos hacer
la siguiente pregunta: ¿Por qué recordar a un malvado? Y ¿Por qué se nos ordenó
matarlo y cómo podemos cumplir ese mandamiento hoy día?
En verdad no tenemos que recordar
a un malvado como si fuera alguien importante, si no que fue un rey que creyó
que podía hacer frente a HaShem, más aun sabiendo lo que le había sucedido a
los egipcios poco tiempo atrás, vemos aquí a un personaje que ignora por
completo la grandeza de HaShem y decide hacer frente pensando que contrario a Faraón
él si podía vencerlos. Contrario a Amalek, Faraón hizo Teshuvá cuando huyo de Egipto
y se hizo rey de Ninive, donde ordenó a su pueblo hacer teshuvá al escuchar las
palabras del profeta Yoná, aquí se cumple el versículo que dice “Yo mostraré mi
mano en él”.
Pero lo que recordamos de esta
guerra con Amalek es el milagro de HaShem quien les dio la victoria cuando el
pueblo de Israel no pensaba inicialmente que podían ganar debido a su
mentalidad de esclavos, pero igual el pueblo tuvo que salir a combatir. Como enseña
el Rebe este fue un ataque físico contra Amalek pero que solo era la manifestación
externa del ataque espiritual que proviene de Amalek, y como el pueblo lo
derrotó con la fe[1]. En otras palabras aunque sentían temor los
israelitas salieron a la guerra confiando en HaShem, hicieron lo que tenían que
hacer y HaShem hizo el resto, esto es Emuná, no saber qué va a pasar pero hacer
lo que nos toca Hacer confiando en HaShem.
La Torá relata
(Éxodo, capítulo 17) que los Hijos de Israel vencieron a los amalequitas
únicamente mediante la fe. Cuando Moisés extendió sus manos al Cielo y rezó,
Israel tomó la delantera. Cuando Moisés bajó los brazos, Amalek tomó la
delantera. Hipotéticamente, pregunta la Mishná en el Tratado de Rosh HaShaná:
"¿Acaso las manos de Moisés ganan o pierden una guerra?" La Mishná se
auto responde diciendo: "Mientras el Pueblo de Israel mire hacia arriba
con el corazón sometido a su Padre en el Cielo, vencerá al enemigo, de lo
contrario, perderá". Por ende, la conclusión es que Amalek vence a la
persona cuando esta se olvida del Creador, Di-s no lo permita[2].
Lo contrario a emuná es Duda, en
guematria Amalek Suma 240, lo miso que la palabra “Safek” (duda). Si analizamos
ahora la salida de Egipto con esta nueva visión, podemos también interpretar
que lo que atacó al pueblo de Israel al salir de Egipto fueron las Dudas, dudas
hacia donde iban, como sería su vida después de cientos de años en un pueblo
extranjero, que quería HaShem de ellos etc… no es difícil imaginar la cantidad
de preguntas que se le pasaron por la mente al salir de un lugar donde ya
estaban acostumbrados a estar y mucho más al salir a la guerra por primera vez
contra un pueblo que le aventajaba militarmente.
Es precisamente recordar todo
esto lo que nos hace hacer frente a nuestro yetzer hará, ya que Amalek también es
el símbolo de esta mala inclinación que trata de hacer frente a la divinidad
dentro de cada uno.
El Amalek interior
continúa su asedio hoy en día, intentando sembrarnos dudas y aplacar nuestro
fervor religioso. Si bien reconoce que HaShem existe, intenta convencernos de
que él es demasiando grande como para preocuparse por los detalles de nuestro
comportamiento. Una duda conduce a la otra y al cabo nuestro Amalek interior
termina convenciéndonos de que HaShem no está involucrado en absoluto en la
vida humana.
(Sijot Kodesh
5739 vol 2)
Entonces veremos aquí en esta
serie de eventos y los sucedidos en purím, están ubicados después de otro evento mucho mayor y trascendental, Matán
Torá, la entrega de la Torá. En la entrega de la Torá el pueblo dijo “Naase ve
nishmá” Haremos y entenderemos. Una cosa es decirlo otra cosa es ponerlo en práctica
y más difícil aun es cuando son pruebas tan enormes para nuestras vidas. Allá en
Sinaí el pueblo dijo “Haremos” pero no sabían la guerra con Amalek que se
avecinaba, es allí precisamente donde las palabras de un pueblo se comprueban,
y ellos no saben cómo ganaran pero “Harán” actuaran en lo que está en sus manos
y HaShem hace lo que no es posible para ellos. El hombre debe seguir el camino
natural de las cosas, actuar, trabajar, alejarse de las tentaciones, HaShem le
proporcionará la fuerza restante para lograrlo, pero el primer paso del milagro
está en las manos del Hombre.
Precisamente Los Rebeim de Jadad
enseñan que lo sucedido en purím, se compara con la entrega de la Torá en el
sentido que ellos allá dijeron Haremos, y en purím, donde también la exterminación
de un pueblo es tangible, ellos hacen teshuvá y ayuno y actúan y HaShem dirigió
el desarrollo de la historia que ya conocemos donde el pueblo gana otra batalla
de vida o muerte y el malvado Hamán es Asesinado con el mismo plan ideado para
Mordejai.
Por tanto este shabat es un
shabat escogido por nuestros sabios para recordar no a los malvados, si no el
destino de ellos cuando nuestra confianza esta puesta solo en las manos de HaShem,
mientras hacemos lo que nos toca hacer en este mundo, pero la lucha física con
aman terminó cuando el Rey Shaul lo mató, sin embargo la lucha interna seguirá allí
en cada minuto de nuestras vidas, por lo que “Recordar” es todo los días y cada
minuto y no solo en este Shabat.