PARASHÁ SHOFTIM: El Número Tres
En Nuestra Parashá se habla de
las ciudades refugio que estaban ubicadas en Eretz Israel. La Torá, en vez de
decir que construyan tres ciudades refugio, dijo que dividiéramos el territorio
en tres partes y en cada una de esas partes colocar una ciudad refugio. Muchas
cosas de la Torá y en nuestra vida están separadas en tres partes. Am Israel
está dividido en tres grupos, Cohen, Levy e Israel. El Tanaj está dividido en
tres: Torá, Nebiim (profetas) y Ketubim (escritos). El mundo está dividido en
tres partes, ciudades, desiertos y mares. ¿Por qué será así?, ¿A qué se debe esto?
El Ben Ish Jai explica que esto nos viene a enseñar que debemos dividir nuestro
día en tres partes iguales. Es decir, ocho horas para dormir, ocho horas para
trabajar y hacer diligencias, y ocho horas de santidad, bien sea rezando,
estudiando Torá o haciendo mitzvot.
El Ben Ish Jai nos explica que en
la Torá hay tres versículo que empiezan con la palabra Az, cuyo significado es
entonces, y cuyo valor numérico es igual a ocho. Cada uno de estos versículos
nos insinúa lo que se debe hacer con cada grupo de ocho horas. Es decir, uno
habla de dormir, otro de trabajar y el otro de Torá. Az Tishán – Entonces
dormirás, Az Tzaliaj – Entonces triunfaras (trabajo), Az Taskil – Entonces
estudiarás (Torá). De igual manera, existen tres socios en la concepción de un niño:
el padre, la madre y Dios. Dios se encarga de insuflar el alma, el padre se
encarga de heredar los huesos y la madre, la piel. Cada uno de estos socios se
relaciona con un grupo diferente de ocho horas. Dios se identifica con las ocho
horas de estudio, el padre con las ocho horas de trabajo y la madre, quien es
ama de casa, se identifica con las ocho horas que se invierten en la casa. La
verdad es que ninguno de nosotros está acostumbrado a vivir tan ordenadamente,
comemos cuando nos provoca, dormimos cuando estamos cansados sin importarnos
las horas de sueño, estudiamos cuando tenemos oportunidad y nadie mide el
tiempo que le dedicamos a cada cosa. Es una lástima, ya que si fuéramos así de
ordenados todo sería muy diferente. Aprovecharíamos mejor el tiempo y la vida, triunfaríamos más.
Es por eso que está escrito “Vehajut
Hameshulash Lo Bimhera Yinatek – Y el hilo de tres puntas, no con prontitud se
romperá”. A pesar de ser difícil, debemos saber que tenemos las fuerzas para
hacerlo, ya que constamos de tres socios que nos aportan estas fuerzas, respectivamente.
Además que venimos de nuestros tres patriarcas, Abraham, Itzjak y Yaakov,
quienes nos aportan también fuerzas para cada uno de esos grupos de ocho horas.
Abraham fue reconocido como el gran anfitrión, daba de comer, beber y dormir a
sus invitados, él nos ayuda a que durmamos y nos alimentemos adecuadamente, para
que estemos siempre listos al servicio de Dios, tal y como lo hacía con sus
huéspedes, que salían creyendo y agradeciendo a Dios. Itzjak fue catalogado
como el agricultor, Vayizrá Itzjak – Y sembró Itzjak”, en ese año, en el que
fue bendecido por Dios, obtuvo 100 chivos. (Génesis 26:12). Rashí explica que
el campo, que pensaron que sacaría solo uno, sacó 100. Es decir, que obtuvo ganancias
de 10000 veces más de lo esperado, mejorado para nosotros. Itzjak siempre nos
ayuda a que tengamos una buena manutención, que sea abundante y duradera.
Yaakov Abinu fue calificado como “Yoshev Ohalim – Se sentaba en las carpas de Torá”,
estaba siempre estudiando, conectado con Dios. También fue calificado como
“Titen Emet Le Yaakov – Dale la verdad a Yaakov”, la verdad de la Torá.
Posteriormente en la casa de Labán,
Yaakov dijo: “Im Labán Garti – Con Labán conviví”, refiriéndose a que cumplió con
las 613 mitzvot de la Torá (comentario de Rashí) en ese período. Yaakov es
quien nos ayuda en las horas de estudio de Torá, que sea una Torá de verdad, perfecta
y completa. Todas estas ayudas las recibiremos, únicamente, si nos esforzamos
en dividir nuestro día adecuadamente, en tres partes iguales, para que cada uno
de nuestros patriarcas asuma su posición en los diferentes grupos de ocho
horas, que tenemos a lo largo del día. Ahora, podemos entender mejor el Pirké
Avot, que dice: “El mundo se sostiene sobre tres pilares, la Torá, el trabajo y
los actos de bondad. Es decir, cada día de la vida, se debe apoyar en cada uno
de estos pilares. Un tercio sobre la Torá, otro tercio sobre el trabajo y el
ultimo tercio sobre la comida, bebida y dormir que son los actos de bondad que
uno hace para con uno mismo. Muchas
veces no nos damos cuenta, pero esto lo decimos todos los días en el rezo. En
la Shemá, mas específicamente. Primero está escrito “Veahabta Et Hashem
Elokeja… – Y amarás al Eterno tu Dios”. “…Bejol Lebabeja – Con todo tu
corazón”, salud corporal, comiendo, bebiendo, durmiendo y haciendo deportes. “…Bejol
Nafshejá – Con toda tu alma”, espiritualidad, Torá y Tefilá. “…Ubejol Meodeja –
Y con todos tus bienes”, dinero, negocios, etc. Posteriormente está escrito:
Vehayú Hadebarim Haele… – Y estarán estas cosas”. “…Vedibarta Bam – Y hablarás de
ellas”, Bam se escribe en hebreo con la letra Bet que significa Bereshit
(Génesis) y Mem que significa Mishná (Torá oral). Es decir, tanto la Torá
escrita como la oral están incluidas en esta orden. “…Beshibtejá Bebeteja – En
tu estadía en casa”, que son las horas que compartimos en casa, comiendo,
bebiendo o durmiendo. “…Ubelejtejá Baderej – Y tu andar por el camino”,
haciendo negocios y transportando mercancía. Si ponemos atención en dos de los
tres grupos de ocho horas, del día, hacemos generalmente mucho hincapié.
En comer, dormir, beber y en el
grupo de las horas de los negocios, pero en el tercer grupo que es el estudio
de la Torá, lo dejamos muy débil y muy pequeño. Debemos desarrollar mejor ese
grupo, es difícil ver los resultados de hoy para hoy, sentaros ocho horas a
estudiar, pero poco a poco podremos acomodar nuestro día. Agrupando en esas ocho
horas, el tiempo que dedicamos para leer libros de Torá, el tiempo que
dedicamos a escuchar casetes de shiur en el carro, oficina, casa o caminando.
Así es muy fácil llegar, para tener el mérito de recibir las bendiciones de
Abraham Abinu, Itzjak y Yaakov, en la casa, en el negocio y en la Torá. Que sea
la voluntad de Dios, que por el merito de la Torá, que está dividida en tres
partes, Torá, Nebiim y Ketubim, que fue escrita por el tercer hijo de Amram
(Miriam, Aharón y Moshé), quienes pertenecían a la tercera tribu de Israel
(Reubén, Shimón y Levy), en el tercer mes del año (Nisán, Iyar, Siván) para el
pueblo elegido que esta dividido en tres grupos (Cohén, Levy e Israel), seamos
bendecidos por nuestros tres patriarcas (Abraham, Itzjak y Yaakov) con sus tres
bendiciones (Bakol, Mikol, Kol), para alegrar a nuestros tres socios (Dios, el
padre y la madre) y que por ese merito podamos construir nuestro tercer Templo,
con prontitud en nuestros días. Amén.
Tomado de las alturas de mí
pueblo