Que es una mitzvá y como la debemos cumplir
La palabra Mitzvá viene de la palabra orden
y también de la palabra unión en hebreo, mitzvá o mandamiento son ordenes que
Hashem nos dio a pueblo judío con la única finalidad de que podamos unirnos con
él, el ser humano en general tiene la forma de irse apegando a el creador, los
justos de las naciones a través de los 7 mandamientos de Noaj y los judíos a través
de los 613 preceptos.
Si pensamos bien lo anteriormente
dicho, nos preguntaríamos si lo ideal es apegarnos a Hashem ¿porque nos fue ordenado?...debería
ser una elección por lógica del ser humano apegarse a lo bueno. La respuesta es
que todos esperamos el bien, pero pocos estamos dispuestos a cambiar nuestra
forma de vivir, nuestra conducta, nuestros malos hábitos, ya que es como domar
un animal. No es un proceso de la noche a la mañana y lo más fácil es darle
rienda suelta a ese animal que tener la paciencia para enseñarle a comportarse,
es allí donde radica nuestro libre albedrío, para apegarnos a Hashem a través de
los Mitzvot y mantenernos allí. La orden nos ayuda a mantenernos firmes peleando
con nuestro instinto animal hasta que nosotros mismos tengamos pleno
control sobre estos malos instintos, o como dicen nuestros sabios, sobre esta inclinación
al mal que está dentro de nosotros.
En palabras de mi querido Rabino
Yeshayahu Rubinstein, una mitzvá es como un café…Si el padre de una persona le
pide un café, esta persona puede hacerle el café a su papá por miedo a la
reprimenda y también lo puede hacer por temor al castigo de desobedecerle, o puede simplemente
hacerlo porque lo ama y en vez de un café le prepara también algún bocadillo.
Pues eso fue lo que hizo Hashem con nosotros, nos pidió 613 cafés y lo mejor
que puede hacer el hombre es hacerlo por amor a él y no por el miedo ya que
este último es la forma más baja de hacerlo.
Tratemos de entenderlo mejor con
la siguiente historia que B”H escuche de un Rabino muy joven en la ciudad de
Rejovot Israel.
Había una vez un rabino en la
ciudad de Polonia y tenía que viajar a Alemania y contrato un carruaje. El rabino
debía hacer algo de vida o muerte en Alemania, el carruaje era dirigido por un
trabajador quien dirigía a dos caballos, el conductor le pegaba a los caballos
y estos tiraban del carruaje.
El rabino iba por la mitzvá de
ayudar a su prójimo en un caso de vida o muerte, el conductor viajaba por el
dinero, esperando su paga después del viaje y el caballo solo iba por los
latigazos que recibía o esperando comida. Al final de cuentas todos iban al
mismo lugar pero por diferentes causas.
Esta escena es la forma más clara
de que pensemos: ¿de qué manera hacemos las Mitzvot? ¿Como el Rabino que lo hace por hacer algo importante o como el
caballo que tiene miedo del látigo?
Entonces podríamos cuestionarnos
en que parte del carruaje estamos, y que parte debemos ocupar, por lo tanto es
importante que la persona reflexione de sus actos antes de hacerlo y hacer las
cosas por que amamos a Hashem y no por algún interés personal o por que
tengamos miedo a lo que muchos llaman “Castigo” ya que en verdad esto que
llamamos castigos son consecuencias de nuestros actos, si actuamos bien, llegan
cosas buenas a nuestra vida, si actuamos mal, llegaran cosas no tan buenas. O como
dice el talmud:
“Una mitzvá conduce a otra mitzvá y un pecado conduce a otro
pecado”.
Quiera el cielo que poco a poco
el deseo sincero de apegarnos a Hashem sea el que domine nuestra acciones, y
aunque empecemos haciendo las cosas por temor, luego terminemos haciendo las
cosas por amor.
Asher Cacua