Parashát Bereshit: El libre albedrío el regalo perfecto.
Por Asher Cacua
B”H comenzamos de nuevo la
lectura y el estudio del libro de Bereshit, en el principio. uno de los relatos
más famosos y conocidos en diferentes culturas, pero a veces muy mal entendido
o entendido literalmente.
Sabemos y he explicado en artículos
anteriores que la Torá tiene diferentes niveles de interpretación, desde el más
sencillo y literal hasta el más profundo y místico, el sentido literal o histórico
en cierta forma es más fácil de comprender, pero cada vez que nos acercamos a
los principios y orígenes de la creación lo literal parece carecer de sentido. En
verdad según la Cabalá entre más lejos estén los conceptos de este mundo
material, es difícil explicar con lenguaje o palabras de este mundo, es por
esta razón que la Torá a veces usa un lenguaje “Prestado” de este mundo para
por lo menos mostrarnos una idea de lo que sucedió. Por ejemplo frases como “La
mano de D´os” no pueden entenderse literalmente pues Hashem no tiene manos,
pero esto quiere mostrarnos algo más profundo. Este primer relato de la Torá
siempre nos ha Llamado mucho la atención, “Un hombre creado del polvo de la
tierra” “Una mujer sacada de la costilla del hombre” y muchas cosas más. Muchas
personas no judías han considerado esto un mito.
La verdad es que en el lenguaje
original de la Toráh, el hebreo, y con la tradición oral todo esto toma mucho más
sentido. Por ejemplo empecemos analizando el nombre del primer hombre, Adam, en
hebreo se escribe אדם , dice el versículo “Y formó Hashem al hombre (HaAdam)
del polvo de la tierra (Adamáh) y sopló en su nariz aliento de vida y el hombre
se volvió un ser viviente”. Tierra aquí es llamada Adamáh que se escribe en
hebreo: אדמה, vemos aquí un parecido
en la escritura con el nombre de Adam, la letra mem (מ) al escribirse al final de una palabra se llama mem
sofit y se escribe (ם) pero
en verdad es la misma letra.
La palabra sangre se escribe dam (דם) por lo tanto en el nombre
de Adam que no es realmente el nombre de este primer ser, si no de la especie
humana en si incluye los siguientes términos:
Tierra: אדמה
Sangre: דם
Divinidad: la letra alef (א)
Según la cabalá la letra Alef hace alusión a
la divinidad de Hashem, esto se entendería como espíritu de Vida, Hashem le
regaló al hombre la vida como una chispa de divinidad de el mismo, pero hay
mas, la letra alef también nos indica la composición general del hombre y el
objetivo de él en este mundo.
La letra alef está compuesta por dos letras
Yud y una letra Vav, una letra yud arriba y una letra yud invertida en la parte
de abajo, unidas ambas por una letra Vav en forma diagonal, ¿Esto qué significa?
La letra yud de arriba simboliza los cielos,
el mundo espiritual, y la letra yud de abajo simboliza la tierra o el mundo físico,
invertida porque en este mundo es un mundo de falsedad, donde las cosas parecen
contradictorias donde es difícil notar la presencia de Hashem, un mundo de
oscuridad.
Estos conceptos están presentes en el nombre
de Adam, un hombre que une lo terrenal con lo espiritual, cuerpo y alma y cuyo
objetivo está en acercarse a su creador por medio de la Torá.
¿Donde está la Torá en todo esto? La Torá esta simbolizada en la letra vav que une a los dos mundos. La única manera de unir los dos mundos es por medio del estudio de la Torá, haciéndonos conscientes de los sucesos de la vida, de entender las aparentes “injusticias de la vida” con la luz reveladora del mundo de la verdad que es el la Torá. Esto es el hombre, tierra, sangre, espiritualidad que une ambos mundos mientras se construye a sí mismo con el manual de vida entregado por Hashem.
Pero precisamente para tener la capacidad de
elegir su bien y hacerse dueño del mismo fue puesto en un mundo de oscuridad,
donde él puede decidir irse a la maldad o tomar el camino correcto y
transformar ese mal en bien a través del libre albedrío. Este es uno de los
regalos más grandes de Hashem para nosotros, la capacidad de elegir acercarnos
a la fuente de todo bien que es el mismo, superando las pruebas y dificultades
de este mundo hostil, pero que sin lugar a dudas en la medida que las superamos
acumulamos grandes riquezas para el mundo
venidero. Así que amigo mío si estás cansado de sufrir y perder la esperanza en
este mundo, acércate a la Torá, la Torá verdadera, la que te enseña a luchar y
a levantarte a través del poder de la Teshuvá para hacerte dueño de tu propio
bien y transformar el mundo.