Pregunta: Estoy luchando para Permanecer casado, estoy pensando seriamente en el divorcio porque estamos muy lejos de mantener el Shalom bait (Paz en el hogar)
Shalom Bait
Pregunta: Estoy luchando
para Permanecer casado, estoy pensando seriamente en el divorcio porque estamos
muy lejos de mantener el Shalom bait (Paz en el hogar)
Respuesta:
El hogar judío está compuesto de
tres elementos: hombre, mujer y la Shejiná (la Presencia Divina). Cuando la
pareja sigue la ley de la Torá, la Shejiná permanece dentro de sus hogares. Sin
embargo, cuando la pareja no se lleva, la Shejiná se va. La meta principal de
la pareja debe ser mantener a la Shejiná en su hogar.
Podemos comparar el matrimonio
con un auto. El hombre es como las ruedas y la mujer es como el motor; ambos
son importantes: si falta uno de ellos no se considerase un auto.
Normalmente el motor está
cubierto, del mismo modo la mujer se encuentra detrás de bastidores. “Detrás de
todo gran hombre hay una gran mujer” (por ello la mujer debe ser modesta). El
hombre es el que sale a ganar el sustento, él es el “ministro de asuntos exteriores”,
la mujer es la que procesa el material crudo y lo vuelve comestible y ella es
la “ministra de relaciones interiores” Cuando ambos cumplen SU función y evitan
una colisión, Su hogar se mantendría funcionando
apropiadamente. Si alguno de ellos falla, afecta al otro también.
Nuestros Sabios
declararon:
El hombre sólo obtiene satisfacción de su primera
esposa.
(Talmud Yevamoj
63)
MuchOs han dicho: “Me divorciaré
de mi esposa y encontraré una mejor” Y se han llevado igualmente una gran
desilusión Con la segunda esposa. Por lo tanto, a menos que su esposa rehúse
seguir la ley de la Torá Sumergiéndose en la mikvé una vez al mes o no se
conduzca con modestia, aún cuando ella le haga pasar momentos difíciles
criticándolo todo el tiempo Y haciendo su vida miserable, no hay razón para divorciarse.
Un rabino o especialista deberá ser consultado con el fin de establecer cómo
proceder para establecer el Shalom Bait, quizás recomiende que tanto el esposo
como la mujer asistan a clases de Torá con mayor frecuencia, o que él traiga
una jabruta a casa. Esto es particularmente cierto cuando existen hijos de por
medio que sufren enormemente de esta tragedia.
Uno debe considerar la
declaración de nuestros Sabios de que cualquiera que tiene una esposa mala no
verá el purgatorio, porque lo ha tenido ya en este mundo; de modo que quizás
sea un “buen negocio” sufrir aquí en lugar de sufrir allá. Hay que recordar que
uno no se puede aproximar a HaShem si no tiene esposa.
Esto también se puede comparar
con un negocio en el que uno constantemente invierte con el fin de obtener
ganancias después de un tiempo. Tu hogar es tu mayor inversión. Si puedes venir
a casa después de un largo día de trabajo y tener una cena con tu esposa e
hijos sonrientes, vale la pena trabajar y sufrir por ello.
El Talmud relata la historia
acerca de un Sabio que tenía una mujer mala, al punto que siempre que él
solicitaba algo, ella hacía exactamente lo contrario. Él le dijo a su hijo lo siguiente:
Basta con que
ellas críen a nuestros hijos y nos salven del pecado.
(Talmud Yevamot
63)
Por supuesto, no todos pueden
referirse a su esposa de forma tan elevada. Pero si uno recuerda que nadie le
puede hacer daño a menos que sea la voluntad de Hashem, y de que será recompensado
en otras áreas de la vida, corno teniendo un buen ingreso, o desarrollando un
mejor entendimiento de la Torá, uno puede manejar su dolor y proseguir
adelante.
Tomado del libro preguntas y
respuestas Rabino Rafael Cohen Soae
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