PARSHA KORAJ: ‘orden del día’ del judío
Bsd.
En esta Sijá el Rebe explica con
palabras muy contundentes y con ideas prácticas cómo debe ser el ‘orden del
día’ del judío, estableciendo claramente las prioridades.
1. La Sección Semanal
comienza con las palabras Vaikaj Koraj –Y se apartó Koraj– y relata la
contienda de Koraj y toda su gente contra Moshé Rabeinu en torno a el
sacerdocio de Aharón, (el hermano de Moshé); a continuación, la Torá cuenta
acerca del florecimiento milagroso de Maté Aharón –el bastón de Aharón–, suceso
que evidenció la legitimidad del sacerdocio de Aharón; y luego aborda el tema
de matanot kehuná –Los presentes que debían entregarse a los Kohaním, los
Sacerdotes que realizaban el servicio en el Sagrado Templo de Jerusalem1–,
que también se relaciona con la legitimación de Aharón en su cargo como Sumo
Sacerdote.
La mitzvá de los ‘Presentes a los
Kohaním’2 consiste en que de todo lo que la persona posee tiene la
obligación de entregar una parte a ellos, a los sacerdotes. Este deber abarca
las diferentes categorías de bienes:
Hay que separar un presente al
Kohen tanto de aquello que pertenece a la categoría de or pnimí –luz interior–
como ser las mitzvot de terumá y bikurím3, y también de los
incluidos en el nivel de or makif –luz abarcadora, trascendente– como reshit
hagez4 –la primicia de la lana– que se relaciona con las vestimentas5
de la persona.
La Escritura explica que el
sentido de los matanot kehuná es que de lo primero y mejor de cada producto se
debe dar a Di-s. Pero cabe preguntar: Si el concepto es ‘entregar a Di-s’, ¿Por
qué se daba los presentes a un Kohen? Esto era así, por cuanto ‘Di-s es la
heredad de los Kohanim’6, ellos no tenían conexión con cuestiones
materiales, como señala el versículo: ‘No tendrán parte en la tierra…sino que
‘Di-s es su heredad’7. Así, en realidad los regalos eran dados a
Di-s, y los Kohanim los tomaban de ‘la mesa de lo Alto’8.
El propósito de esta mitzvá, al
entregarle el presente al Kohen, era la toma de conciencia por parte de la
persona de que sus bienes materiales son el resultado de la bendición de Di-s,
por lo tanto debe entregar a Di-s lo mejor de ellos. Por eso, conforme escribe
el Rambam9, Maimónides, también en la actualidad el concepto y
sentido profundo de los matanot kehuná sigue vigente: ‘Cuando se alimenta a un
pobre, se le debe dar de lo mejor y más dulce de la propia mesa; cuando se
viste al desnudo, ‘cuando veas al desnudo, vístelo’10, se le debe
entregar de las ropas más bellas que uno posea; cuando se construye un Beit
Tefilá –Casa para Oración– hay que hacerlo más hermoso que la propia vivienda,
todo esto, conforme señala la Escritura: ‘’Toda la ‘grasa’ es decir, lo mejor y
más placentero, es para Di-s’’11.
(Por lo general se cataloga al
Mishné Torá del Rambam como un libro de Niglé deTorá –de la faceta revelada de
la Torá– netamente legal12 y técnico. Aun así, en muchos pasajes de
su obra él insertó expresiones que insinúan conceptos de Pnimiut HaTorá –la
faceta oculta y mística de la Torá, la Filosofía Jasídica–. Y de hecho aquí, en
el pasaje citado, el Rambam hace referencia a un tema abordado con frecuencia
en la Filosofía Jasídica: los tres conceptos de ‘alimento, vestimenta y
vivienda’13, que en la literatura jasídica son tratados en su
sentido espiritual, en el alma de la persona).
El concepto es el siguiente: De
todas las pertenencias que la persona posee, tanto de alimento, vestimenta e
incluso vivienda, debe dar la primera y mejor parte al ‘Kohen que hay en el
interior de su alma’, es decir, todos sus asuntos deben estar orientados a
cuestiones del ámbito de la Santidad, pues en este contexto, el ‘pobre’ que
carece de ‘alimento’ y ‘vestimenta’ es el Nefesh Elokit –Alma Divina– del
beinoní14 –el ‘Hombre Intermedio’–. En relación a ‘vivienda’, el
Rambam escribe explícitamente ‘Casa de Oración’, que claramente es para Di-s.
Para que la conducta de la
persona se adapte, en todas sus facetas, a este principio, debe haber una toma
de conciencia integral previa, así concluye el Rambam el texto citado: ‘’Cuando
se consagra algo a Di-s, uno debe entregar de lo mejor de sus posesiones, como
está escrito: ‘Toda la ‘grasa’ es para Di-s’”. La persona debe estar
integralmente predispuesta a que lo ‘principal es para Di-s’, así, todos los
aspectos de su comportamiento en relación a ‘alimento, vestimenta y vivienda’
estarán orientados a entregar lo mejor al ‘Kohen del interior de su alma’.
Esta visión de la vida y la
conducta que de ella deviene, también influye en los bienes materiales del
hombre. En este sentido, al estar tratando acerca de los ‘presentes del
sacerdocio’, es pertinente extraer una enseñanza de un episodio15
relatado por nuestros Sabios vinculado con esta mitzvá: Cierta vez, un judío
entregó en concepto de diezmo una cantidad menor a la que estaba obligado. Al
año siguiente, su producción total fue tan sólo la cantidad equivalente a lo
que tendría que haber dado al Kohen el año anterior.
2. Este principio se
aplica de igual manera a los diferentes momentos del año y de la vida en
general: En la vida hay épocas en las que no hay involucración en cuestiones
mundanas, que en general son los primeros años de vida de la persona. Y hay
periodos de tiempo en los que sí el hombre se ocupa de asuntos materiales. Y
así como hay diferentes momentos y épocas a lo largo de toda la vida, del mismo
modo en el curso de un año calendario, el cual abarca diferentes ciclos,
también se experimentan situaciones similares: Están los días de semana, en los
que estamos ocupados en temas mundanos, y están el Shabat y los Días Festivos
en los que no estamos involucrados con asuntos materiales, especialmente en
Rosh HaShaná y los Diez Días de Teshuvá, en los que ‘la luminaria se acerca a
la chispa’16.
En este contexto, también debemos
saber que ‘’Toda la ‘grasa’ es para Di-s’’: El primer y mejor momento del día
debe ser dedicado a Di-s.
Todos los días, el mejor y más
tranquilo de los momentos, es no bien la persona se despierta, en esos
instantes la persona goza de tranquilidad mental. Ese momento debe ser
entregado a Di-s, como está escrito: ‘Lo primero de vuestra masa, entregarán
una ofrenda a Di-s’17. En relación a esto, el Rebe, mi suegro, dijo,
que ‘Lo primero de vuestra masa’, alude al momento inmediato una vez que el
judío se levanta de su cama18, y ‘entregarán una ofrenda a Di-s’,
quiere decir que ese preciso momento debe ser entregado a Di-s19.
Por esta razón, cuando en los
Estados Unidos se discutió el programa de estudios en las Ieshivot, el Rebe
anterior se mantuvo muy firme en su posición de que las mañanas debían ser
dedicadas a limudei kodesh – estudio de Torá y judaísmo– mientras que los
estudios seculares debían ser dejados para después del medio día. Ya que por la
mañana, cuando la mente está descansada, es el mejor momento, por eso hay que
dedicarlo a la Torá, conforme el dictamen de Maimónides: ‘’Toda la ‘grasa’ es
para Di-s’’, y recién más tarde, durante el día, uno puede involucrarse en el estudio
de aquellas cosas sobre las que se dice: ‘Di-s tu Di-s te bendecirá en todo lo
que haces’20.
El mismo principio se aplica
también para los hombres de negocios. Si bien su ocupación los involucra con
cuestiones mundanas, no obstante, deben tomar conciencia que lo principal de
sus vidas es el estudio de la Torá y la tefilá –plegaria–, y que el primer y
mejor momento del día debe ser dedicado a Di-s. Lo primero a realizar en el
día, antes de hacer cualquier cosa, es la plegaria. Luego se debe estudiar
Torá, conforme lo establece la Halajá –Ley Judía– que ‘Del Beit Hakneset
–Sinagoga– hay que dirigirse al Beit HaMidrash –Casa de Estudio–’21,
y sólo luego se puede comer pat shajarit –el ‘pan matutino’, el desayuno–.
El Tzemaj Tzedek establece22
que el momento para pat shajarit es luego de la plegaria matutina, pero como se
debe ir del Beit Hakneset inmediatamente al Beit HaMidrash, el momento del
desayuno, por ende, queda relegado para después del estudio. Sólo a partir de
entonces, se le permite a la persona ocuparse en cuestiones mundanas.
Debemos saber que el estudio de
la Torá y la tefilá constituyen lo primordial de nuestras vidas. Es erróneo
actuar teniendo incorporado que lo principal son los negocios, reduciendo el
estudio de la Torá a ‘Un capítulo por la mañana y otro por la noche’23
sólo con la intención de cumplir con la obligación mínima estipulada en el
Shulján Aruj24 – Código Judío de Leyes– murmurando las palabras de
Torá sin escuchar lo que se dice y sin reflexionar acerca de lo que se escucha.
El mejor momento, las mejores fuerzas y energías, el esfuerzo mental y aun el físico,
debe ser dedicado a la Torá y la plegaria. Si bien acerca de la terumá –el
regalo de lo vegetal que debía entregarse al Kohen– está dicho que debe
separarse de tal manera que sea primicia cuyo sobrante sea notorio’25,
es decir, no sólo que no hay que ‘una entregar todo al Kohen, sino que la
mayoría debe quedar en poder del dueño, y en espíritu similar es en relación al
maaser –el diezmo de las ganancias que hay que entregar como tzedaká– éste debe
ser una décima parte, o sea, la Halajá impone un límite a la obligación de dar,
y en este sentido el Sabio talmúdico Usha dictaminó que no se puede dar más de
la quinta parte26 de las ganancias. Todo esto parecería contradecir
el espíritu del principio desarrollado antes, que hay que dar ‘lo mejor’. Sin embargo,
el Alter Rebe escribe27 que cuando se trata de salvar una vida ‘la
cura del alma ciertamente no es inferior a la cura el cuerpo’, caso en el que
el dinero no cuenta, y ‘todo lo que el hombre tiene lo dará en aras de su vida’28,
de modo que cuando la tzedaká se da con el propósito de limpiar la propia alma
de pecados y así ‘salvar la propia vida’, no existen todas las restricciones
antes mencionadas. Pero aún sin considerar lo que escribe el Alter Rebe, las
restricciones antes mencionadas en relación a la tzedaká, no contradicen el
concepto aquí desarrollado, pues nuestro tema no tiene relación con el concepto
de la tzedaká, dado que el principal factor de la tzedaká es la ‘cantidad’, mientras
que el concepto de ‘’toda la ‘grasa’ es para Di-s’’, se vincula con la
‘calidad’ de nuestra entrega. Así, incluso si la mayor parte del día la persona
se dedica a cuestiones mundanas y sólo la porción más pequeña de su tiempo es
empeñada en Torá y tefilá, de todos modos, ese poco tiempo constituye lo
principal de todo el día, por lo tanto, debe ser considerado como lo mejor, la
‘grasa’ lo más ‘sabroso’ y valorado del día.
La preparación adecuada para
aprovechar cualitativamente al máximo los primeros momentos del día, es kabalat
ol –sumisión total a Di-s– esto significa que inmediatamente al despertar del
sueño se debe recitar el modé aní29 con sentimiento de kabalat ol,
teniendo incorporado concienzudamente que ‘’Toda la ‘grasa’ es para Di-s’’, y como
se mencionó antes, esta actitud influye también la realidad material,
económica, de la persona.
(De la Sijá de Shabat Parshat Kóraj 5714 – 1954)
Texto Originales: Likutei Sijot Tomo II Págs.: 326 -
328.
Traducción y Edición: Sijot en Español.111
_______________________________________________________
1 Números 18:8 en
adelante.
2 Or pnimí – luz interior– alude a interioridad. Or makif –luz abarcadora– es relativa a la trascendencia.
Véase más abajo,
notas 3, 5 y 13.
3 Terumá es una ofrenda para los Kohanim, Números 18:24, y Rashi
allí, Deuteronomio 18:4. Bikurím son
los primeros
frutos que deben ser dados a los Kohanim, Éxodo 23:19 y Rashi allí,
Deuteronomio 26:2,3 y
Rashi allí. Bikurím 3:12. Terumá y bikurím se relacionan con or pnimí ya que son comestibles, y penetran
internamente en el
hombre, compárese con nota 14 más abajo.
4 Deuteronomio
18:4.
5 Las vestimentas
se ponen sobre el cuerpo, cubriéndolo, por lo que se relacionan con or makif, véase más
abajo nota 13.
6 Deuteronomio
18:2.
7 Iehoshúa 13:33.
Compárese con Deuteronomio 10:9 y 18:1-2.
8 Beitzá 21a.
9 Mishné Torá, final de Hiljot Isurei Mizbeaj 7:11.
10 Isaías 58:7.
11 Levítico 3:16.
‘Grasa’ alude a la mejor parte y la más fina, véase Targumím sobre Números 18:12 y
fuentes citadas en
Torá Shelemá sobre Levítico 3:16.
12 Maimónides lo
dice explícitamente en la introducción a su Código, cuando define el propósito
de su
libro, véase allí.
13 Alimento,
vestimenta y vivienda son los tres elementos esenciales para la vida humana en
la tierra
(aludidos en
Génesis 28:20,21). Ellos se corresponden con los elementos esenciales de la
vida espiritual
del alma:
‘Alimento’ se refiere a la Torá, mientras que ‘vestimenta y vivienda’ se aluden
a dos categorías
generales de mitzvot. Para un análisis más detallado de estos conceptos y su
significado en la avodá del
hombre, véase Sidur im Daj pág. 19. Véase fuentes citadas en el índice del Likutei Torá, bajo las palabras
mazón, levush y bait. Compárese
también con Likutei Sijot Vol I, Toldot, secc. XIX .
14 Opuesto a Hilel quien ‘actuaba con benevolencia hacia la criatura baja y
pobre’ al alimentar su
cuerpo,
Vaikrá Rabá 34:3, Tania, cap. 29. Véase Likutei Torá, Bejukotai pág. 49a. Ambos, el benoní y el tzadik tienen
un cuerpo y un Alma Divina. En el benoní el cuerpo y el Alma Natural (Animal) son su ser verdadero
ser
y el Alma Divina es un agregado. Su Alma Divina es el ‘Kohen
que del interior de su alma’, el ‘pobre’ que
necesita ayuda. Sin embargo, el tzadik, como Hilel, está identificado por su Alma Divina,
mientras que su
cuerpo y Alma Natural son el ‘pobre’ que necesita de
atención.
15 Tanjumá, Reé 6. Tosafot en Taanit 9a, que comienza con las palabras aser teaser. Ialkut, Reé 892. Pesikta
deRab Kahana, Ed.
Buber, cap. 11, pág. 96a. Rashi en Números 5:10.
16 Kuntres HaAvodá fin del cap. 5. Sefer HaMaamarím
Kuntresim, Vol. I pág. 11a. Es decir, existe una
manifestación superior del alma, que es una chispa de
Divinidad.
17 Números 15:20.
18 La palabra arisá significa masa, pero también puede significar cama o cuna.
19 Sefer HaMaamarim Kuntresim, Vol. I pág. 165a.
20 Deuteronomio
15:18. Véase Likutei Sijot Vol I, Shemot Vaiakhel secc. II.
21 Shulján Aruj HaRav, Oraj Jaim 155:1. Véase Berajot 64a.
22 Piskei Diním, Oraj Jaim, secc. 89.
23 Menajot 99b.
24 Hiljot Talmud Torá del Alter Rebe 3:4.
25 Eruvín 37b, Pesajím 33b, Julín 136b.
26 Ketuvot 50a. Arajín 28a.
27 Tania, Igueret HaKodesh fin de secc. X. Iguerte HaTeshuvá, fin de cap. 3.
28 Iyob 2:4.
29 Shulján Aruj HaRav, Oraj Jaim (ed. Revsada) 1:6. Para un análisis detallado sobre el
significado de esta
plegaria, véase Inianá shel Torat HaJasidut y otras citas.